Comprar ropa nueva no necesariamente quiere decir comprar ropa limpia. Muchas veces, por la prisa y la impaciencia, los consumidores usamos prendas nuevas sin antes haberlas lavado. Cuando compramos ropa nueva, hay que ser conscientes de que estas prendas han sido tratadas con una serie de productos químicos, como el formaldehido y otros compuestos químicos con el fin de mantener los textiles con buena apariencia, aún al estar almacenados, para ayudarlos a resistir las arrugas y el encogimiento. No obstante, se ha comprobado que estos químicos pueden provocarnos reacciones alérgicas, erupciones, comezón y dolores de cabeza que se pueden manifestar de manera leve o grave dependiendo de nuestra resistencia a dichos químicos.
Por tal causa es importante lavar la ropa nueva antes de usarla por primera vez, ya que el lavado es la única manera de eliminar o reducir los niveles de estos compuestos químicos y además eliminamos cualquier posibilidad de insecto o infección que podría haber tenido la persona que se probó esa prenda antes que tú.
Para tener una idea del impacto del formaldehido, estimaciones de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos, señaló que el 9% de la población de nuestro vecino del norte podría ser sensible a esta sustancia. Un porcentaje suficientemente alto como para alertarnos y tomar la precaución de lavar la ropa antes de la primera puesta.
Fuente: Consumer Reports
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